No me pesa
que interpretes mis sueños
si me das dos de las tres razones que tienes
para que mi mañana sea la más feliz de las mañanas.
Dame de beber
cuando te pida que me agarres de la mano,
y si tengo sed
dobla conmigo las esquinas si piensas que me he de perder.
Beberemos juntos nuestras pasiones.
¡No me angustia!
No, no me angustia
si sé que comienzas de nuevo a mi lado.
¡Ahora comprendo que no existe el mar
si ambos tenemos dos alas!
Por ello oteo el horizonte
esperando la llegada primero de tu sombra,
de tus besos, después.
De tu persona, mi regalo.
No me pesa,
que las palabras las leas sin sonidos
si escuchas el ruido de mi corazón cuanto estoy entre tus brazos.
No me duelen los ojos
si cuando lloro es de alegría,
si verte es el noveno de los diez instantes de felicidad.
Es bueno saber que
no existe el mar si ambos tenemos alas.
¡No me angustia!
No, no me angustia
el tiempo de espera
si mueren los relojes cuando te tengo,
si cuando anochece, la noche dura lo que ambos queremos,
si el día vive porque nosotros vivimos
y no vivimos por el día.
¡Ahora comprendo que no existe el mar
si ambos tenemos dos alas!

Somo mar, aunque nos creamos algo más al ser olas.
ResponderEliminarPrecioso poema
Franc
Precioso.
ResponderEliminarDavid
¡Otra joya!
ResponderEliminarYa lo escribió Silvio:
“No hacen falta alas
para ser un sueño”
Un fuerte abrazo.