Hay que darle un porqué
a esos proyectos que se despiertan contigo
mientras te desperezas cada mañana.
Nada tiene derecho a morir sin más,
por la ignorancia o sin una explicación,
sin darle la forma y llegar hasta el fin.
Quiero aliarme al mejor salvoconducto
para llevar a cabo
ese porqué que nació a mi lado
sin yo llamarlo,
pero mío,
mientras escuchaba un no sé qué
que no lograba identificar
y que resultó ser el sonido de la noche.
El para qué vino después del porqué
asido a su mano y como respuesta.
El escribir para qué no hubiera tenido fundamento
si hubiera muerto ese proyecto neonato,
y hoy,
orgulloso,
lo exhibo en mi bandera unicolor
con ese porqué tan cuestionado a veces
y sin la desgana de la derrota.
No vislumbres un lloro de alegría ahora, no.
Mis lágrimas son de esfuerzo,
de desprecio en ocasiones y tesón las más,
para lograr izar,
con toda mi fuerza
la tela de la victoria en ese asta
que permanecía limpia hasta entonces.


Tienes flow.
ResponderEliminarLee más poesia en libros.
"El sonido de la noche", me gusta.
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