Amor, esa gran mentira

>> martes, 4 de noviembre de 2008


Aprendí que son un juego prohibido,
peligroso,
los amores clandestinos.
Tenías entonces sabor a madera caoba
y te pedí que me regalases lo que dura una mirada.
No quisiste volver a dormir.

Te besé con un beso a traición,
boca cautiva.
Recuerdo tu abrazo.
Temiste que mi beso te impidiera ya partir.

Amor, esa gran mentira.
No supe unir los hilos de los que se compone.

Hoy supe de tus verdades antiguas y oscuras,
me he desposado con el hoy,
enviudé con el ayer
y soy novio del mañana.
He brindado con el vino del olvido,
y lo derramé borracho sobre mi cabeza
para no obsesionarme por el ni te conocí.

Ahora tu amor no me importa,
se agotó esa crisis ya en mi vida,
hoy derramas resina entre tus lágrimas de perdón.

Amor, esa gran mentira.
No supe encararme con la nobleza.

21 comentarios amigos:

Francisco 4 de noviembre de 2008, 18:04  

Desde que se alejó solo te consuela la luna, que alumbra tu rostro humedecido, por las lágrimas que llevan tu nombre. A la cual pregunto por ti y el porque de no merecer ese amor; pero nadie me da la respuesta… Las nobleza, siempre la nobleza.
Abrazos fuertes
Franc.

Stultifer 4 de noviembre de 2008, 18:55  

Mira que te lo tengo dicho: No te relaciones con extraños. pídeles el DNI y así no serán amores desconocidos.

Anna 4 de noviembre de 2008, 20:38  

La nobleza es compatible con el sentir profundo, con el darlo todo cuando el instante lo precisa...

Después cuando el amanecer entierra lo anterior y a la vez abre la puerta de lo que podrá ser...la brisa se queda con el nombre de quien entregó, pero olvida casi al instante a quien recibió sin dar nada.

Por eso tú eres brisa, dulce Mario.

Bsss.

Anónimo 4 de noviembre de 2008, 21:18  

felicitaciones por lo escrito, muy bien logrado. besos.-

Anónimo 4 de noviembre de 2008, 21:34  

gracias por tus palabras, besos marito.-

p.d. ya soy tu seguidor, jijiji

© José A. Socorro-Noray 4 de noviembre de 2008, 21:55  

A veces, el instante
de una mirada
dura un aeternidad.

Un abrazo

Anónimo 4 de noviembre de 2008, 22:26  

No he vuelto a dormir desde que te quedaste con mi mirada,
me dejaste ese beso traicionero
que me amarro alli,
te apoderaste de mi pasado, mi presente y pusiste en agonia mi futuro,
y aun asi mi amor ya no te importa,
solo fui un momento de crisis,
me abandonas en lagrimas resinosas
de perdon
y huyes mentiroso
de mi nobleza.

Yo

Anónimo 5 de noviembre de 2008, 2:29  

Si no kieres que te pase esto!!! ve los consejos q le dan a eva! son buenisimos, checalo estan padrisimos... www.enkontradeloskorazonesrotos.blogspot.com

Thiago 5 de noviembre de 2008, 9:38  

El amor no miente, cari...! El amor no puede mentir, pq se desdice en las miradas y en los besos; mienten los hombres en sus promesas y en sus palabras.

Por eso yo no me desengaño nunca de mis amores, sino de mis amantes...

Bezos.

Omar Magrini 5 de noviembre de 2008, 9:54  

MArio:
Qué lindo poema, que quedo con unas frases que están dando vueltas en mi cabeza
"me he desposado con el hoy,
enviudé con el ayer
y soy novio del mañana." Personalmente creo creo que el amor no miente, aunque tuve unas experiencias en la que la mentira tiraba de la relación y no tardo mucho tiempo en hacerse añicos, en fin... enviude con el ayer...cuanta verdad....
Un saludo
Omar

Juan Cairós 5 de noviembre de 2008, 10:09  

Deambulas en el verso negado; mueres y renaces, ave fénix ardiente!

Tal vez su amor sea mentira, pero una cosa es sufrir con la mente emocional y otra es hacerlo desde la inteligencia.
Si lo haces desde ésta última, vencerás y volverás a amar.

Tus versos me inquietan con una terrible belleza, son shakesperianos: "La vida es a veces una tragedia para los que ríen y una comedia para los que lloran"

Me atrae tu poesía, que resume tus estados de forma brillante...sincera y altruista.

El amor será verdad si le despojas de esa víscera cruel llamada cerebro.

Ama y busca el alma de quien te ama, lo sabrás porque será mutuo y ya se habrá empezado a tejer el calado mágico...Lo demás es pura atracción y engaño.

Markesa Merteuil 5 de noviembre de 2008, 13:44  

El mañana se me antoja de pasiones e ilusiones, pues... no te cases con él... ni te confíes demasiado en él. Trátalo con respeto y con la distancia de saber que no lo has abarcado en su totalidad, que siempre te queda por descubrir.

Biquiños.

Merce 5 de noviembre de 2008, 14:12  

Lo terrile de las estrellas fugaces es que iluminan intensamente para después dejar en la más sombría oscuridad en el espacio de un parpadeo.
Miremos el universo atentamente, que existen estrellas que siempre están.
Besos

David Samayoa 5 de noviembre de 2008, 15:49  

Siempre le echamos la culpa al amor...

Jaime Noguera 5 de noviembre de 2008, 16:28  

Ten cuidadín, que hay mucho hombre de los caramelos por ahí sueltos.

Y claro, si encima te gusta el dulce...

Anónimo 5 de noviembre de 2008, 17:37  

Logras expresar lo contradictorio y ambivalente que puede, o es, el amor.
Saludos

AFRICA 5 de noviembre de 2008, 17:57  

Si que son un juego prohibido pero son apasionados, quizá por eso, por ser amores clandestinos.

Alfonso Saborido 6 de noviembre de 2008, 8:47  

El amor nunca miente. Mentimos las personas. This is the question.

TORO SALVAJE 6 de noviembre de 2008, 13:00  

El poema duele pero es buenísimo.

Saludos.

Anónimo 6 de noviembre de 2008, 22:17  

Cuando el amor os llame, seguidlo.
Aunque su camino sea duro y penoso.
Y entregaos a sus alas que os envuelven.
Aunque las espada escondida entre ellas os hiera.
Y creed en él cuando os hable.
Aunque su voz aplaste sueños, como hace el viento del Norte el viento que arrasa los jardines.
Porque así como el amor os da gloria, así os crucifica.
Así como os da abundancia, así os poda.
Así como se remonta a lo más alto y acaricia vuestras ramas más débiles, que se estremecen bajo el sol.
Así caerá hasta vuestras raíces y las sacudirá en un abrazo con la tierra.

NO TODO EL MUNDO ES NOBLE COMO TU, MARIO. MUCHOS NI SABEN QUE EXISTE.

ANTONIO SEBASTIÁN 7 de noviembre de 2008, 21:26  

Yo creo que el AMOR, es la ´nica gran verdad que queda, mi querido MARIO.
Ya ves, yo sigo queriéndote como siempre, como siempre cada día más
ANTONIO

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