Al fin y al cabo, es Navidad
>> miércoles, 23 de diciembre de 2009
Hoy
resbala la lluvia por una de mis pálidas mejillas.
Lloran mis ojos por el niño que nace
o acaso por lo que perdí.
Las flores,
abatidas,
inclinan sus cálices sobre la gélida lápida de la desdicha
e imploran al sol unos rayos
que quemen los cardos que atraparon parte de sus raíces.
Hoy
resbala la lluvia por una de mis pálidas mejillas
y entonan mis labios unos tristes villancicos
por la ausencia total de los ángeles.
Al fin y al cabo es Navidad,
y la letanía recita los versos otrora rimados,
sonrisas, las menos,
los niños jugando a soñar.
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