Postales
>> sábado, 16 de marzo de 2024
Una representación del bloqueo del escritor, Leonid Pasternak |
Nunca es tarde para enviar una postal. Siempre es un buen momento. Lo debería de recetar el médico.
©Mario M. Relaño2024
Una representación del bloqueo del escritor, Leonid Pasternak |
©Mario M. Relaño2024
El príncipe don Carlos de Viana, José Moreno Carbonero |
Realmente no quiero un reino. Yo sólo quiero un príncipe. Cualquiera de mis peones podría ser mi príncipe, aunque no llevasen corona. No quiero territorio, ni poder, ni pueblo. En mi sueño sólo los príncipes acuden a mí, y cuando me canso de ellos busco mi tranquilo rincón del pequeño palacio para refugiarme con mi amiga soledad. ¿Para qué querría pues, un reino? No, las envidias son malas y vendrían de otros reinos para intentar atacar y ocupar el mío. Y yo con mi príncipe ya tendría bastante.
No quiero más bárbaros en mi cama... Y cuando despierte volveré a comenzar de nuevo.
La ráfaga de viento, Jean-Baptiste-Camille Corot |
El día está muy nublado. Parece invierno. Es de estos días que te
apetece estar en la cama dormitando y leyendo. Por momentos, follando. El día
está triste, silencioso... Parece que sólo estoy yo. Y tú al otro lado, claro, leyéndome
e ignorándome.
El día levantará, como siempre. No hay nube que sea perpetua. Pero mientras lo
observo callado porque me encanta vivir en un nuevo día.
Intuyo, por intuir algo, que vives en una bella casona de campo.
Con fisuras, sí. No casa de campo sin fisuras, porque el aire entra a su antojo
en las casas de campo con fisuras. Necesitarás calcetines en los pies porque se
te quedan fríos. Pero, al fin y al cabo, será casona. Incluso tendrás jardín, o
huerto, o ambas cosas.
Después de este prolongado verano, sí me gustan los días de invierno, ponerme
una chaqueta o no querer salir de la cama hasta tarde –sigo con mis reflexiones
matinales mientras te cuento y enciendo un cigarro.
Mis domingos siempre fueron tempraneros. Soy más de sexo en siesta, si acaso lo
hubiera.
Mientras escribo esto, el viento me agota. Es una de las peores
cosas de los elementos meteorológicos... Mira en cambio la lluvia que guapa y
deseada es. Pero odio el viento. Incluso su sonido me molesta, con su no callar
constante. No hay fisuras en mi casa pero aún así lo oigo bufar como si me
quisiera demostrar que es más fuerte que yo, que lo es. Yo sólo tengo una casa,
nací pobre y moriré pobre. Pero al menos tengo casa. No quiero mucho más. No comeré
lentejas a diario pero sí garbanzos. No follaré. No follo nunca. Me dedicaré a
escribir poesía mientras escucho al viento.
Prestar la vida es un acto generoso que ni en las lecturas de
vidas de Santos viene escrito. Héroe para alguno serás, seguro. Pero yo no
estoy dispuesto. Mi vida es mía y no la presto.
Ya está bien por hoy. Se me ha consumido el cigarro en el cenicero
y no lo he fumado. Sólo he conseguido que el humo me nuble la vista.
©Mario M. Relaño 2024
Read more...Se detiene esta mirada
contemplando tus palabras
sintiendo tu vida.
Tu vida
en mil palabras.
En mis sentidos, en mis afectos,
en lo que soy
y he sido
en tus sentimientos,
no sólo en mis pensamientos.
El rumor
de tu sombra
proclama tu esencia viva,
mi piel congela todos nuestros segundos
y mi alma los eterniza…
tatuados pensamientos.
Sonrío y lloro,
lucero caminante
en senderos de sueños
con trazos de tu vida
ocultos pensamientos.
Tu voz
vuela en la distancia y
consumo tu inigualable diferencia
-saboreo tu desnuda esencia-
se ilumina mi sombra
a la luz del faro
de tu isla.
Eclipsa mis reflejos
en el mar de tus ansias,
atada con lazos
dulces de vida,
van mis rasgos
en tus
pensamientos.
A mi amigo Mario (Francisco Vázquez)
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