Tres instantes y una despedida
>> martes, 17 de marzo de 2009
Recorro las dunas
de un cuerpo que no me pertenece,
con mentiras que se pierden entre tu vello,
y descubro en él mi deseo.
Si te dije que te quiero,
no sentí el escozor de la desidia de tu marcha.
No pretendo suspirar por tus palabras,
aunque si nacieran lejos,
donde se juntó el mar y el cielo,
nadaría por tenerlas.
Mientras,
cuento con los dedos esos tres momentos que te muerdo;
dos con los ojos cerrados.
Sólo uno te miro
para comprobar si aún respiras…
13 comentarios amigos:
Muy agradable esta lectura y con un buen cierre. Un gusto conocer tu blog. Te felicito.
El pensamiento sostiene la continuidad de una experiencia que ha proporcionado 1,2 ó 3 instantes de placer. El pensamiento rumia el deleite y lo convierte en placer. El pensamiento quiere repetir la experiencia, y cuanto más se repite, tanto más mecánica se vuelve. No existe la libertad de pensamiento, es una pura tontería.
Abrazos.
Franc.
No nades. Ya regresarán. O sí. Yo es que estoy vaga. :-)
Algún día, no se irán...
Sólo un instante
de puro placer
vale una eternidad
en la vida.
Más duro
es el adiós
sin regreso
o la indiferencia.
Un abrazo
Esas dunas que nos obligan a veces a caer... cuesta escalarlas y son faciles de bajar...
El puñetero momento del adios no deseado.
Genial como siempre, querido Mario.
Bonito poema. Como siempre sabes plasmar con palabras tus sentimientos. Gracias.
jajajaaj! ¡Será, Mariete! ¡Será!...
Eso sí! ese letraro se encuentra en nuestra comunidad.... que ya es un avance! jajaj!
Y tengo un contencioso contigo... ¡mira que pasar por mi puerta y no decirme nada!... ¡no sé cuándo me has dejado de querer! jajajaj!
Besos, Mario... espero que todo siga bien y que te encuentre bien. Me ha alegrado encontrate de nuevo... aunque no me hayas visitado!
Más besos!!!!
Paso por aqui por primera vez, desde el blog de Nacho...
Ya tengo que agradecerle a él, y a tí.
Besos
Romántico, muy bello! me gustó mucho besos!
... de paso por tu blog, gracias por tu visita y por entradas como esta... Un saludo
Bellísimo, sinceramente Mario, bellísimo y genial, versos sinceros y empeñados en ser mordidos, amoratando el poema y dicen las afiladas malas lenguas que no es ná, que sabrán ellas de dunas, del cielo y el mar con los ojos cerrados y aun tienes tiempo, tiempo humano, para comprobar si respiraba.
Descalzo mi alma farolera para no hacer ruido y quedarme un ratito más entre tus versos y enviarte un abrazo contenido otro en todavía más cariñoso.
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