Pretendo ensamblar el puzle
de los cientos de sueños que pasaron por mi cama
en una sola noche
y las piezas no terminan de encajar
al diferir mucho el negro de la noche
con la blancura extrema de unas sábanas bordadas con tus
iniciales,
el tamaño enorme de una luna recién llenada
y el vacío de un día
corto y poco aprovechado.
Tú eras parte de ese puzle,
pieza única que no logro concordar
aunque poseas el hueco más grande de mi cama.
Te sueño tres veces seguidas,
pero evitas que roce tu cuerpo con la tela de mi pijama.
No me esconderé jamás para decir
que cuando consigo unir la mitad de mi sueño,
tu mirada casi transparente me hace adivinar
que no es en mi cama donde deseas permanecer
sino en cualquier otra que te ofrezca
un sólo sueño exclusivo para ti.
¡Qué absurda noche!
¡Qué aburrido el reconocer que sobran sueños
y faltan vidas reales!
¡Cómo deseo que termine la noche para que dé comienzo el
día,
muera éste,
y llegue de nuevo la noche pero aún más negra si cabe!
¿Quién crees que podría dañar a una mariposa
y menos con una cuchara?
Dos no se tienen si sólo hay uno
>> jueves, 3 de julio de 2014
Igual pasé por tu puerta
y giré la cabeza para no querer ver
aunque gritaran mis ojos
por dirigir la mirada hacia la segunda ventana.
De nada me sirve mentirme
si la mentira me entristece
y peco de abstinencia
por aquello del querer y no tener.
Tampoco aireo mi pena
pues no es tal,
sino sólo desazón por dentro,
y no hay nada
como una esquina para doblarla
y olvidar de qué iba aquello.
Al fin y al cabo
dos no se tienen si sólo hay uno,
y tú me dejaste
y yo ahora evito pasar
por tu puerta maldita.
Read more...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)