Es de seda fina, color ceniza,
un nudo que aprieta deshecho,
donde se escurre entre pliegues,
demacrada.
Toda ella es una lágrima,
un sinónimo de tristeza,
que muere en pena
en un armario olvidada,
de color ceniza,
la corbata.
Se detiene esta mirada
contemplando tus palabras
sintiendo tu vida.
Tu vida
en mil palabras.
En mis sentidos, en mis afectos,
en lo que soy
y he sido
en tus sentimientos,
no sólo en mis pensamientos.
El rumor
de tu sombra
proclama tu esencia viva,
mi piel congela todos nuestros segundos
y mi alma los eterniza…
tatuados pensamientos.
Sonrío y lloro,
lucero caminante
en senderos de sueños
con trazos de tu vida
ocultos pensamientos.
Tu voz
vuela en la distancia y
consumo tu inigualable diferencia
-saboreo tu desnuda esencia-
se ilumina mi sombra
a la luz del faro
de tu isla.
Eclipsa mis reflejos
en el mar de tus ansias,
atada con lazos
dulces de vida,
van mis rasgos
en tus
pensamientos.
A mi amigo Mario (Francisco Vázquez)
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6 comentarios amigos:
La he leído cuatro veces y, a pesar de la fotografía, me continúa produciendo una gran tristeza.
Hay corbatas que jamás deberíamos sacarlas del armario.
Un fuerte abrazo
NO me gusta la corbata, y el poema, lo cuenta de una manera magistral, pero la foto es para comérsela. Pura fachada. Como nosotros.
Die Krawatte (di cravate, fonéticamente) para los alemanes. A que suena bonito?
Hay otros muchos objetos que sufren esa deriva, por desgracia...
toda ella es una lágrima...
me parece precioso!
Yo esto de la corbata lo he descubierto un poco tarde, se entiende no porque yo me la ponga claro.
No creo exista una pieza de vestuario tan inútil como la corbata. Para mi sirve como símbolo de convertirse sumiso a la sociedad.
Que asquerosa idea.
muy bueno el blog suyo
saludos,
raulito
http://fromtop2bttm.blogspot.com/
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