Un día de viento
>> martes, 27 de febrero de 2024
La ráfaga de viento, Jean-Baptiste-Camille Corot |
El día está muy nublado. Parece invierno. Es de estos días que te
apetece estar en la cama dormitando y leyendo. Por momentos, follando. El día
está triste, silencioso... Parece que sólo estoy yo. Y tú al otro lado, claro, leyéndome
e ignorándome.
El día levantará, como siempre. No hay nube que sea perpetua. Pero mientras lo
observo callado porque me encanta vivir en un nuevo día.
Intuyo, por intuir algo, que vives en una bella casona de campo.
Con fisuras, sí. No casa de campo sin fisuras, porque el aire entra a su antojo
en las casas de campo con fisuras. Necesitarás calcetines en los pies porque se
te quedan fríos. Pero, al fin y al cabo, será casona. Incluso tendrás jardín, o
huerto, o ambas cosas.
Después de este prolongado verano, sí me gustan los días de invierno, ponerme
una chaqueta o no querer salir de la cama hasta tarde –sigo con mis reflexiones
matinales mientras te cuento y enciendo un cigarro.
Mis domingos siempre fueron tempraneros. Soy más de sexo en siesta, si acaso lo
hubiera.
Mientras escribo esto, el viento me agota. Es una de las peores
cosas de los elementos meteorológicos... Mira en cambio la lluvia que guapa y
deseada es. Pero odio el viento. Incluso su sonido me molesta, con su no callar
constante. No hay fisuras en mi casa pero aún así lo oigo bufar como si me
quisiera demostrar que es más fuerte que yo, que lo es. Yo sólo tengo una casa,
nací pobre y moriré pobre. Pero al menos tengo casa. No quiero mucho más. No comeré
lentejas a diario pero sí garbanzos. No follaré. No follo nunca. Me dedicaré a
escribir poesía mientras escucho al viento.
Prestar la vida es un acto generoso que ni en las lecturas de
vidas de Santos viene escrito. Héroe para alguno serás, seguro. Pero yo no
estoy dispuesto. Mi vida es mía y no la presto.
Ya está bien por hoy. Se me ha consumido el cigarro en el cenicero
y no lo he fumado. Sólo he conseguido que el humo me nuble la vista.
©Mario M. Relaño 2024
2 comentarios amigos:
Tener una casa hoy en día es ser afortunado.
Si hay viento la casa es refugio.
Si llueve la casa brilla como nueva.
No es poco eso.
Saludos.
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