Ya no peino canas
>> miércoles, 29 de octubre de 2008
en el arroyo de inciertas corrientes
de sangre urbana derramada,
el pedazo de corazón que no me servía.
Hallé a su lado una nota,
mensaje que decía:
ama a quien te ame,
besa a quien te quiera besar”.
La corriente se llevó mis penas,
el nuevo día me trajo
el amanecer de más sonrisas,
de latidos ante frescas miradas
y el estremecimiento de roces de pieles ajenas a mi vida.
Hoy vivo lo que dejé de vivir
y no muero aunque lo señalen las esquelas,
bebo del vino añejo guardado,
comparto mi copa,
fluidos y palabras,
escucho, creo
y riego instantes que rejuvenecen
mis canas recién nacidas.