La culpa de nacer
>> lunes, 19 de octubre de 2009
Por desgracia o por fortuna, has nacido…
Nacieron otros y nací yo,
unos cerca persignándose,
otros lejos intentando una mejor dicha,
cuando el sur y el norte se dilatan,
unos con más sol, otros con más lluvia,
todos diferentes,
con mar o en tierra adentro,
pero naciste y te viví.
Por tu sino,
más rico o más pobre que aquel,
que desde los balcones del arrabal grita,
menos ágil o quizá menos torpe
a priori que el que aprisiona hoy tu mano.
La adversidad del nacer, duele.
Lo mejor es que mañana todo habrá pasado
mientras espero el desconsuelo
de emerger en esta parte de nuestro chico y único mundo
sin unos y sin otros,
sin ti.
Y hoy el cosmos se encoge
cuando hipamos todos juntos,
y las risas mueren asfixiadas
si acaso enfrentados a una pena.
Y hoy te pido,
la penúltima de las sonrisas
la más bella de las que engendraste
en esta parte central del mundo
mientras te canto:
I know you´ll understand
every time I tried to tell you,
it´s real love that I feel for you
and my world was always your world.
A mi padre
Foto: Father and son, by Hisae&Jero
10 comentarios amigos:
Nació y naciste tú Mario.
Por eso su existencia ya tiene mucho sentido.
Eres muy especial dulce Mario.
Cuídate ¿vale?
Miles
A veces es necesario guardar silencio, quizás porque las palabras no pueden expresar el sentimiento.
Simplemente...
bellísimo.
Un fuerte abrazo
Qué bellas palabras...
Muy dulces.
Cariños!
¿Nacer? Una suerte. Y mucho más, coincidir.
Y la adversidad del vivir. Vivir agobia. Qué ingrato soy a veces con la vida.
Un abrazote, Hisae.
José Roberto Coppola
Guarda en tu pensamiento lo más dulce de quien te a tocado convivir y piensa que te quiere…
Un beso
Rosamari
Hoy me dejas .. mudo...
quizá sean días grises.
saludos conversos.
A veces nacer y morir es caminar en un paredon de dos lugares diferentes, sera la salida de la vida o sera la entrada de la muerte?
Bellísima penúltima sonrisa, orgullo del padre que fue hijo.
Mi alma farolera nace de nuevo en tus ombligos
Bellísima penúltima sonrisa, orgullo del padre que fue hijo.
Mi alma farolera nace de nuevo en tus ombligos
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