Casualidades

>> martes, 15 de marzo de 2011


Deshojando las casualidades de la vida,

me encontré con sabores ya perdidos

que recordaban

(o yo quería recordar)

al momento que salía del interior de mi estrella.

Dolores de parto,

que más eran gemidos placenteros

de una experiencia ya perdida.

Niño grande

para comenzar a sentir nuevas delectaciones

después del retiro de mi alma

ya vieja y gastada.

Restaurar unas sensaciones

era repintar la flor de mi cuadro más antiguo,

era encoger el cuerpo sin llegar a sentir frío

(ningún frío).

Hacerme gritar entre sonrisas,

mirar hacia arriba y ver azul,

ver blanco,

no ver,

era tener ansias de respirar

lo que había quedado olvidado

bajo lápidas de cualquier camposanto.


Hoy miro a través de las ventanas

como el viento mueve las ramas

y las gotas, una vez más,

rascan los cristales de mis ojos.

3 comentarios amigos:

Alfonso Saborido 15 de marzo de 2011, 22:46  

El tiempo pasa. Aunque hay gente que tiene suerte saca un seis y vuelve a tirar. Pero casi mejor prefiero la velocidad normal y no saltarme nada.

Anónimo 16 de marzo de 2011, 6:40  

Un trozo de luz que también es oscuridad. Naces mientras mueres. Sufres a la vez que eres feliz...la vida, la que conocemos, pero eso no quiere decir que no existan más. La muerte es un invento humano.
Un abrazo
Onofre.

© José A. Socorro-Noray 18 de marzo de 2011, 19:27  

"Mañana los amores serán rocas y el tiempo
una brisa que viene dormida por las ramas."


FEDERICO GARCÍA LORCA

Las casualidades, aunque parezcan lo contrario, siempre obedecen a una causa.


Un fuerte abrazo.

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