No existe el mar si ambos tenemos alas

>> lunes, 14 de noviembre de 2011


No me pesa

que interpretes mis sueños

si me das dos de las tres razones que tienes

para que mi mañana sea la más feliz de las mañanas.

Dame de beber

cuando te pida que me agarres de la mano,

y si tengo sed

dobla conmigo las esquinas si piensas que me he de perder.

Beberemos juntos nuestras pasiones.


¡No me angustia!

No, no me angustia

si sé que comienzas de nuevo a mi lado.

¡Ahora comprendo que no existe el mar

si ambos tenemos dos alas!

Por ello oteo el horizonte

esperando la llegada primero de tu sombra,

de tus besos, después.

De tu persona, mi regalo.


No me pesa,

que las palabras las leas sin sonidos

si escuchas el ruido de mi corazón cuanto estoy entre tus brazos.

No me duelen los ojos

si cuando lloro es de alegría,

si verte es el noveno de los diez instantes de felicidad.

Es bueno saber que

no existe el mar si ambos tenemos alas.


¡No me angustia!

No, no me angustia

el tiempo de espera

si mueren los relojes cuando te tengo,

si cuando anochece, la noche dura lo que ambos queremos,

si el día vive porque nosotros vivimos

y no vivimos por el día.


¡Ahora comprendo que no existe el mar

si ambos tenemos dos alas!

3 comentarios amigos:

Anónimo 15 de noviembre de 2011, 6:32  

Somo mar, aunque nos creamos algo más al ser olas.
Precioso poema
Franc

Anónimo 15 de noviembre de 2011, 7:52  

Precioso.
David

© José A. Socorro-Noray 26 de noviembre de 2011, 19:43  

¡Otra joya!

Ya lo escribió Silvio:

“No hacen falta alas
para ser un sueño”



Un fuerte abrazo.

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