Foto: Tommy Ingberg
Hay veces que descubro
momentos pasajeros que me alimentan el día
y llenan mi cara de sonrisas
que de otra forma no nacerían,
que mi ansia se enerva con esos efímeros instantes,
y me desnudo,
y me doy cuenta que la vida no es más que eso
y que los grandes proyectos
quedaron todos en las aulas de mi adolescencia.
Cada vaso de minutos que beso -bebo-,
que yo agrando con jarras de sueños -y bebo-,
me recuerda que hoy todo se apagará al final del día
y que el mañana
me lo he de volver a trabajar
para que al menos,
por un puñetero instante,
mi cara no deje de sonreír
y la primavera de mi alma
comience a brotar con los bulbos
que día a día sembré entre tropiezos y cabreos,
y regué entre sequías de dame
y tormentas de diretes.
Y al fin, en mi madurez,
me doy cuenta de lo que es en verdad la vida,
una de cal y otra de arena,
que se sobrelleva mejor la cal con una sonrisa
y te olvidas de la arena
si miras al cielo cada día
y buscas cerditos entre las nubes,
pues al fin y al cabo
la vida es fantasía
y se vive mejor
cuanto más leas y más historias de tu propia vida
crees.
Será tu fantasía -tu vida.
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3 comentarios amigos:
Cuando la vida te abraza te dejas llevar.
Cuando te da la espalda, nunca debes dejar de soñar.
Nada es real. Solo lo que nos contamos, una absurda interpretación de la verdad, esa que solo la Vida nos estalla cada mañana en nuestro ser inventado y nos hace sufrir porque no es lo que pactamos en nuestros sueños. Un abrazo. Franc
PRECIOSO
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