Tormenta de primavera

>> domingo, 8 de mayo de 2022

 

©Rubén de Luis

Intentando crear todo aquello que esperamos y que nunca hacemos, que guardamos bajo llaves llenas de óxido en cajones que nunca abrimos, perdemos un tiempo hermoso. Muchas veces lo sacamos cuando ordenamos; tocamos y remiramos, pero volvemos a guardar sin siquiera sentir o pretender que de todo esto salga un intento.


Miro todo, lentamente y perdiendo minutos, pensando en lo ya pensado y archivado en mi penosa memoria, creyendo que hoy es el día en que al fin construiré mi propio imperio de fama y sabiendo que al final todo quedará donde estaba y mi minuto de gloria finalizara en el momento que la llave cierre el cajón de mi desastre.


Siempre soñé con príncipes azules que se sentaran a mi lado para dictarme esos poemas que transcurren en épocas irreales, cantatas seculares o sátiras que cautivaran a mis lectores. Una vez transcritas en mis papeles, el príncipe azul se convertiría en mi fiel amigo que me acompañara en cientos de caminos diferentes que nos trazan a los artistas.


Mi insomnio está poblado de pensamientos de culpabilidad. Me contengo todo lo que puedo pero desayuno a diario con las ideas que siembro y nunca nacen por falta de riego.


 

Un día de primavera, quizás de los más nublados amenazando tormenta, saqué del cajón todas las menudencias que había acumulado todo este tiempo. Releí y toqué, llegué a oler y te mandé un mensaje. Sin esperar que me contestaras, y habiendo pensado que las fantasías vienen antes que las realidades, me dediqué toda la mañana y parte de la tarde a escribir sobre nosotros y lo que podría dar de sí nuestro encuentro.


Al terminar, al releer y sonreír por el trabajo terminado, vi que tu respuesta había llegado.


 

Me acerqué a tu casa y créeme que ninguno de los dos detectamos si había habido tormenta o era nuestro encuentro tan deseado al poner en práctica todo lo olvidado en un cajón cerrado con llave.


 

©Mario M. Relaño


2 comentarios amigos:

TORO SALVAJE 16 de mayo de 2022, 13:42  

La primavera obró el milagro de liberar lo que uno siente.

Charlie A Secas 14 de diciembre de 2022, 1:57  

Me encantó lo del principe azul que te chiva los escritos y que lejos de ser amante, es amigo. Es la definición del alma. O por lo menos a mi me lo sugiere. Y està mu chula.

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