Mar. Viento

>> martes, 8 de junio de 2010


Era el mar el que atronaba,

pero a mí me dolía la lluvia.

Abstraído observaba,

la contundente maestría con la que se retira una ola de la orilla…



Después me abandoné al viento

y acechando al cielo

pensé

en como sería el mundo el día que yo cerrase los ojos.



Y me siento más o menos tranquilo

sabiendo

que mi vida se compone, tal vez, de un día más.

Imposible vivirla sin mí.




5 comentarios amigos:

© José A. Socorro-Noray 8 de junio de 2010, 20:19  

La vida es una suma de instantes que hay que vivirlos con toda intensidad.


Cierto, es una contundente maestría la retirada de una ola de la orilla.



Un fuerte abrazo.

BRILLI-BRILLI 11 de junio de 2010, 3:51  

Tu lo has dicho.la vida somo nosotros mismos.

Besos

Alfonso Saborido 13 de junio de 2010, 22:20  

No hay mar sin viento. Ni vida sin mar. O al menos, yo no podría. Lo necesito para vivir y tengo la suerte de poderlo ver todos los días.

Miguel Molina 18 de junio de 2010, 10:34  

Y si somos nosotros mismos, ¿por que intentamos una y otra vez hacérnosla tan difícil?

Saludos

Arte Tácito por: Schietto Sabaducci 9 de julio de 2010, 5:34  

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