Mar. Viento
>> martes, 8 de junio de 2010
Era el mar el que atronaba,
pero a mí me dolía la lluvia.
Abstraído observaba,
la contundente maestría con la que se retira una ola de la orilla…
Después me abandoné al viento
y acechando al cielo
pensé
en como sería el mundo el día que yo cerrase los ojos.
Y me siento más o menos tranquilo
sabiendo
que mi vida se compone, tal vez, de un día más.
Imposible vivirla sin mí.
5 comentarios amigos:
La vida es una suma de instantes que hay que vivirlos con toda intensidad.
Cierto, es una contundente maestría la retirada de una ola de la orilla.
Un fuerte abrazo.
Tu lo has dicho.la vida somo nosotros mismos.
Besos
No hay mar sin viento. Ni vida sin mar. O al menos, yo no podría. Lo necesito para vivir y tengo la suerte de poderlo ver todos los días.
Y si somos nosotros mismos, ¿por que intentamos una y otra vez hacérnosla tan difícil?
Saludos
?
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