Voces
>> jueves, 15 de julio de 2010
Era bello. Muy bello. Excesivamente bello.
Pero no me enamoraban sus palabras, porque callaba.
Reserva tu voz para quien a ti te interese que la escuche –le dije.
Reservaré mi voz para quien se merezca oírla –contestó muy seguro. Son más los gestos que ofrezco, que la voz que callo.
Y siguió callado, mirándome, con sus cejas rubias y su cabello despeinado.
En colaboración con Kiko Sánchez
1 comentarios amigos:
A veces el silencio guarda todas las voces y todas las palabras. Los sentimientos siguen siendo los mismos.
Un fuerte abrazo.
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