Recojo sus ánimos, limpio la cama y ventilo
después de velar y abrazar su cuerpo,
dejando mi rastro en su pensamiento
y diciendo un simple adiós.
No volveré. Tampoco me lo pide.
Nos dejamos
como los hijos dejan a los padres,
como la tormenta deja lluvia o
como deja el pan al hambre.
Nos dejamos sin más,
sabiendo que los recuerdos tan sólo duran
lo que uno quiera recordar,
sabiendo que las lágrimas tan sólo son agua
y se secan en verano,
sabiendo que nada es tan eterno
como la eternidad.
Fumo después de no hacer nada
y el humo permanece a mi alrededor queriéndome decir
algo.
No pienso en el quizás,
ni en mañana,
ni tan siquiera en qué pasará cuando anochezca.
No me quedan más que unas monedas,
mis cigarrillos
y el resto de la vida por delante,
pero ya viví antes con menos.
Cierro la puerta y me marcho.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios amigos:
"Nos dejamos sin más,
sabiendo que los recuerdos tan sólo duran
lo que uno quiera recordar"
Estos tres versos son un verdadero canto a la ausencia. Me los llevo con tu permiso.
Un fuerte abrazo.
nololeas
nololeas
si lo leist publicalo a 5 pag sino tu mama morira en 3 dias no es juego es una maldicion
Publicar un comentario