Los lados quedan separados en las esquinas pintadas de
blanco,
unos chicos se acercan y miran de reojo
pero tú ya no estás para nadie;
te lloras las lágrimas hacia dentro y
mientras,
dejas que el día pase tal y como llegó.
Los cafés subieron del euro
y dejaste de tomarlo,
la lluvia ya no mojaba como antes
y cuando pasaba una ambulancia
mirabas y
te imaginabas dentro llena de sangre.
Mala vida, mujer,
tanta mala vida te dieron
que hasta las primaveras las enlutas con velos negros.
Cuentas las baldosas de la acera
como jugando al descanse,
comes pipas saladas y si miras a alguien nunca sonríes.
Duermes bajo algo que no es un techo,
pues tu techo te lo robaron
cuando te robaron la vergüenza.
Mala vida, mujer,
tanta mala vida te dieron
aquello que por amor te engañaban.
Los cigarros gastados que te fumas son prestados,
la ropa jamás la llevas sucia y
los versos no los recitas ya
¿para qué?
Le escribiste poemas un día
aunque él no los leía.
Detrás de la primera bofetada
se rompió la rima y la botella,
con la segunda
escribiste saetas.
Hoy tus escritos no son más que desahogos en las paredes
esperando que nadie los lea,
que no te hablen
para tú no ponerte a llorar.
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3 comentarios amigos:
Entre todos la mataron.
Muerta en vida.
Uf, un texto de una intensidad suprema, me quedó grabada a fuego la imagen de escribir en las paredes.
Un fuerte abrazo.
HD
En las paredes suelen quedarse las manos clavadas.
Y en el corazón se quedan letras como las tuyas.
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