#Yomequedoencasa ha sido uno
de los eslóganes que escuchamos a diario en esta guerra silenciosa que hoy estamos
viviendo.
La mayoría de nuestras
generaciones no hemos pasado por una guerra atroz, con miles de muertos y confinamientos
en casa. Pero los que hoy son más vulnerables a este virus, los más mayores, conocen
de primera mano cómo eran esos confinamientos y los muertos sepultados en
cementerios sin gente y apenas llorados. Como fue la guerra y como la
postguerra. Aquellas eran otras guerras, más antiguas.
La guerra moderna como la que
está sufriendo ahora el planeta es una guerra silenciosa, sin bombas ni
disparos. El silencio aturde. Vemos a nuestros vecinos por las terrazas pero no
podemos visitar a nuestras madres. El ejército patrulla las calles antes
atestadas de coches. Vemos hombres vestidos de blanco irreconocibles con mascarillas, desinfectando
algo que nuestros ojos no son capaces de ver. El silencio , tras los días
encerrados, también regresa poco a poco a nuestros hogares, sólo roto en
aplausos con manos que ya duelen.
Es nuestra guerra, la nueva guerra
mundial del siglo XXI, la que acabará con muchos miles de personas, pero la
que, según los más optimistas, nos hará mejores a los que sobrevivamos.
Es nuestra guerra, la de
todos, la del grito unánime de #yomequedoencasa para intentar pararla con las
armas que poseo, mis pobres pero tan importantes armas. Por eso así, cuando
acabe todo y pongamos un pie en la calle, sonreiremos y contaremos ya de
mayores a nuestros nietos, que nosotros también luchamos en esa guerra.
Por eso, hoy lucho en esta batalla
y #yomequedoencasa.
©Mario M. Relaño 2020
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2 comentarios amigos:
Tanto tiempo sin leerte, ni se si me recuerdas.
Pero tanta razón tienen tus letras es la guerra que nos tocó vivir y digamos la verdad, hemos visto al mundo cambiar en tantos aspectos, que estar encerrados por nuestra protección es algo que debemos hacer.
Un gran abrazo.
He recordado tu blog cuando lo he visto, no sé cómo. Por supuesto te he añadido pero no es el motivo de mi comentario. Es que me he alegrado al recordar el diseño, que es el mismo, tú, igual, la foto de tu libro, que tengo, como podrás recordar. En fin. Como si el tiempo se hubiera detenido.
Placer.
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