El pequeño dios
>> jueves, 27 de diciembre de 2007
La muerte de Marat, de Jacques Louis David
Su infancia fue la más feliz.
A veces pensó que era un pequeño dios.
Nunca moriría… los dioses no mueren…
Y eso aún le hacía soñar más con las cosas que verían sus ojos en esta eterna vida.
Pero el príncipe creció.
Le salían las primeras canas y lloró.
Lloraba con la muerte que ahora le rodeaba.
Y pensó: “¿y si yo también muero? ¿ y si no soy un dios?”
Y no lo era. Le dolía el cuerpo.
Y dejó de soñar y pensó en las cosas que se perdería cuando ya no estuviese.
Y es que la muerte existía para él.
Al fin y al cabo también resultó ser mortal.
Copyright © Mario M. Relaño–Todos los derechos reservados
6 comentarios amigos:
Gracias por tus palabras Mario, y bonita historia ;-)
Feliz Navidad tio.
Aunque llegue con algo de retraso, Feliz Navidad desde Granada.
Y nació a la muerte para vivir...
Felices Fiestas mi amado.
Biquiños cariñosos para tí.
En el momento en que la vida se interrumpe, el daño es enorme y la herida irreparable: El hombre se convierte en un cuerpo que contamina.Bonita história.
Un abrazo Mario
Franc.
La dolorosa pérdida de la inocencia... Tu también te has dado cuenta... Que bien, ya no estamos solos.
Dicen que morir es renacer de nuevo. Yo no estoy de acuerdo.
Como el niño de tu relato a todos nos llega la muerte.
Y nadie a vuelto a contarnos que sigue vivo.
Saludos
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