Escribiendo

>> viernes, 27 de junio de 2008


Encontré la aguja en el pajar del asfalto,
creí ver lágrimas en los ojos de los ángeles,
error mío
pues los ángeles nunca aprendieron a llorar.
Por momentos mi día se llenó de luz,
el cielo azul de más azules,
los equívocos en ofrendas.
Y es que la aguja clavada en mi pie
me proporcionó dolor placentero,
orgasmo de tréboles de la suerte,
herraduras de caballos
olvidadas en lejanas colinas.
Podría amanecer mil veces en un solo día
y la perpetua sonrisa jamás moriría.
¡Es vida!¡Vivo!
canta en las noches de tormenta,
duerme cuando vele la luna.

14 comentarios amigos:

Haldar 27 de junio de 2008, 21:41  

El dia en que aprendimos a llorar fiumos expulsados del cielo...

El Príncipe. 28 de junio de 2008, 13:24  

Saludos,
Miles de Orgasmo de tréboles de la suerte para ti.

Anna 28 de junio de 2008, 15:35  

Vaya forma de jugar con las palabras Mario.

Que metáforas tan increibles.

Y que bien sienta leerte, sentirte.

Bss.

SOMMER 28 de junio de 2008, 22:01  

Derrochas optimismo, querido Mario. Que siga la racha....

Abrazos

Christian 29 de junio de 2008, 10:42  

Leí lo que escribiste en el blog de Haldar y ahora leo este poema y me detengo en su título y a eso voy. Escribiendo es vida y vivís... también encontrás la aguja en el pajar y las herraduras de caballo y el orgasmo de tréboles.... se nota eso en tu escritura, además tu producción es tan prolífica que se nota que es algo que te gusta mucho, como intrínseco a tu persona...

Besos!!

Chris

PD1: Pensar que en tu post anterior me desorienté y no sabía si dejabas de postear! menos mal que no...

PD2: No te lo dije, pero en esta foto que tenés puesta ahora me hacés acordar a José María Cano...

Hermano Ele. 29 de junio de 2008, 12:49  

Encantado de que pases por mi Zulo.
¿Contestarías a una pregunta?
¿Cómo llegaste a mi Zulo-Blogg?

Gracias.

Diego Flannery 29 de junio de 2008, 17:18  

Prima lo positivo y lo celestial de los días. Que el grito profundo de las anémonas te permita detectar la curva de luz de las vísperas. Nunca antes, nunca después, siempre en el siempre día que nos toca vivir.
Gracias por pasar por "el diván".
Un abrazo desde Argentina.
Diego.

CriS 29 de junio de 2008, 19:13  

Hola Mario, te digo hace tiempo, porque te veo en varios blogs comunes. Hoy me lanzo a decirte, para no ser lectora fantasma, que me encantan tus escritos... de los últimos... puf... "el sueño del bosque"... "el gato negro"..."cuando dudas si llamar a esto amor".. y tantos otros... sin duda cada uno especial.
Seguiré leyéndote.. de este me quedo con la frase: "podría amanecer mil veces en un sólo día..."

saludos

Café con Agua 30 de junio de 2008, 9:41  

Pasé por aqui y me gustó lo que leí...

Saludos.

Anónimo 30 de junio de 2008, 12:11  

Ya es suerte pincharte un pie la aguja del pajar.
Felicidades por ese premio.

Nacho Hevia 30 de junio de 2008, 13:24  

"los equívocos en ofrendas"

genial esta frase, Mario... me ha dado un bofetón de los buenos... aunque viniendo de tus letras acabó siendo un beso

un saludo, amigo!

Sal Duluoz 1 de julio de 2008, 8:36  

Bonito poema, se le echaba de menos por aquí...

Markesa Merteuil 1 de julio de 2008, 12:16  

Hoy somos el alba y el ocaso...

Anna 2 de julio de 2008, 8:11  

Otro premio de muchos que tendras.

Felicidades.

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