Cuando el cielo amanece dolorosamente azul

>> lunes, 17 de octubre de 2011


El cielo amaneció dolorosamente azul. Así eran los cielos de octubre, donde el sol calentaba mientras una sombra no se interpusiera en nuestro camino.


Las noches eran rabiosamente oscuras.


También es cierto que aquellos ojos miraban esos días de distinta manera. Su vida giraba en forma de palabras, palabras y más palabras. Ni una sola mirada, ni un solo roce existía. Pero esas palabras le llenaban. Es más, anhelaba recibirlas. Incluso en la noche, aunque eso supusiera un desvelo.


Y mientras tanto, él no paraba de mirar al cielo.



Una noche le ocurrió algo insólito y que no se atrevió jamás a contar. Él era consciente que sus ojos estaban despiertos, aunque la mañana llegó cargada de dudas. El caso es que durante su sueño, le persiguió el color. Decenas, cientos de bolas y líneas de colores, se daban forma ante sus ojos.


Creyó volverse loco.


Tal vez fue porque durante esa noche nadie le habló.



Oyendo el traqueteo de sus pensamientos, llegué a deducir que sufría de pereza intelectual. No era el mismo. Quizá estaba empachado de palabras, quizá le faltó algún color. Quizá ni siquiera era octubre.



5 comentarios amigos:

Anónimo 17 de octubre de 2011, 19:46  

Puede que viera la realidad que nosotros no vemos. Yo miro mucho al cielo. Menos mal que no cuento lo que veo.

© José A. Socorro-Noray 17 de octubre de 2011, 21:07  

Muchas veces, ya lo sabes, sobran las palabras y sólo basta clavar los ojos en el eco del silencio.


Un fuerte abrazo.

Anónimo 17 de octubre de 2011, 21:24  

Mirar al cielo es imaginar, soñar, sentir y llorar.
Nunca dejes de mirar el cielo, a tu cielo.
Nunca dejes de soñar despierto, nunca dejes de esperar el sol tras la oscuridad, los colores tras las sombras.
Nunca dejes de sentirte amado y siempre será Octubre.
Nunca te faltará un café para seguir soñando, para volver al sueño, para volver al abrazo tras una noche oscura.

ANTONIO SEBASTIÁN 17 de octubre de 2011, 22:59  

Una vez más felicidades por la belleza de tu expresión.
DIOS te bendiga.
ANTONIO

RENATO VIDAL S. 18 de octubre de 2011, 4:09  

lindas letras,el cielo tiene sus secretos, lástima que muy poca personas se den cuenta de ello, un abrazo fraterno.

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