Tormenta

>> miércoles, 5 de octubre de 2011


Abrí la ventana demasiado pronto,

y había comenzado la tormenta.

Apenas me dio tiempo a retirar la cortina

y su sombra ya aparecía entre las gotas de lluvia.



Cerré el pestillo

pero ya era demasiado tarde.

Su olor había quedado dentro.

3 comentarios amigos:

© José A. Socorro-Noray 5 de octubre de 2011, 19:46  

¡Qué belleza!

A veces hay tormentas que sólo se debaten en el interior de cada ser humano.


Mario, aunque pueda dolernos, siempre es hermoso quedarnos con el perfume.


Un fuerte abrazo.

Monaguillo 6 de octubre de 2011, 19:53  

Joer tio, mazo molón lo que escribes,se me pone la piel de pollo. Que chulo eso de abrir y cerrar la ventana, pero bueno, aunque no lo entiendo bien,hay que mirar bien al cielo como algun colgao que anda por ahi suelo, y asi sabrias cuándo va a llover.
Y lo del olor, joer que tierno tio, me has dejao aplanao, mas aplanao que un sandwich, y mira, que los sandwiches son planos. Y hablando de olor, ya te contaré lo que me pasó un dia por envolver un sandwich.....

Anónimo 24 de octubre de 2011, 13:30  

Precioso! David

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