Un día como otro cualquiera

>> sábado, 4 de febrero de 2012


Ya casi es invierno. El frío se descubre entre luz y transparentes e impredecibles colores.

Nosotros seguimos viviendo como ayer, empeñados en destruir el mundo, tirar papeles al suelo, fumigando sin conciencia, escupiendo la comida que no nos gusta, pateando la poca hierba que pudo sobrevivir al verano,… Nada nuevo. Somos humanos y nacimos destructivos. Y a pesar de todo ello, sonreímos estúpidos.


Hay días, que amanece más azul y conseguimos agacharnos en recoger esos papeles tirados ayer al suelo y reconvertirlos en hermosas papirolas.

Después, las olvidamos encima de cualquier mesa y volvemos hacia el ordenador.

Recibo un bello mensaje en el que me cuentas tus pensamientos mientras caminabas. A mí, se me escapa un TE QUIERO como respuesta.

No hubo más comentario a ese pensar en voz alta, mientras miro la foto del perro.


Y termino saliendo de casa, insultando a la que se cruza conmigo sin mirar e imaginando que el mundo no es mi mundo, que como ET debo de regresar a casa y ni siquiera el teléfono sonó mientras funcionaba.

2 comentarios amigos:

© José A. Socorro-Noray 4 de febrero de 2012, 19:03  

Mientras te quede un solo "te quiero" en los labios, siempre habrá alguien al otro lado que te siga haciendo hermosos azules de primavera.

Un fuerte abrazo.

Anónimo 5 de febrero de 2012, 7:57  

Lo bello está en lo sencillo. La escucha silenciosa del misterio. El canto de “mis pájaros”, mi perro y tú. ¿Acaso existiríamos sin la luz, el agua o los árboles?. Apagar el incendio de nuestra mente para poder ser testigos de lo verdaderamente real. En eso consiste el cambio, en la apertura del corazón.
Un abrazo
Franc.

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