La invención no es otra cosa
que crear fascinaciones partiendo de la base de la propia imaginación. Esa
invención nace desde el primer momento que abro los ojos y compruebo el color maquillado
del día, cuando la cabeza es capaz de asumir los grandes retos que desfilan dentro
de uno y tiene la suerte de vivir, desde un cielo infinitamente más azul que el
día anterior hasta una bicicleta apoyada en una vieja farola, con calle y
fachadas azulejadas en blanco y negro.
Desde ese momento, la maquinaria
de la invención se pone en marcha y es capaz de crear, por ejemplo, escenas de
cuentos donde grandes malos y pequeños buenos convivan juntos, donde la mezcla
de colores puedan dar lugar al Van Gogh menos famoso y más irreal jamás pintado
o donde las fábricas de chocolates consigan crear grageas con sabor a cacao
natural, sin conservantes, ni colorantes y tolerables para cualquier dieta.
Como colofón a un día
gratificante en invenciones, aparece una luz naranja antes de que la absorban
los tonos grisáceos y negros de la noche. Miro al cielo y, entre éste y las
siluetas que se crean por la vida que sigue viviendo enfrente, descubro unas marionetas
chinas que se mueven haciendo sombras y enredándose en sus propios hilos.
A partir de ahí, el aplauso es
cosa de cada uno y de la capacidad de resistencia, pues muchas veces el
cansancio vence a las ganas de la noche.
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1 comentarios amigos:
Escribió ERNESTO SÁBATO en su célebre novela El Túnel que "Yo escribo, porque si no me hubiera muerto, para buscar el sentimiento de la existencia."Inventar, al fin y al cabo, es eso: sentirse vivo y en continuo cambio.
Un abrazo fuerte.
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