El recorrido de una lágrima
>> lunes, 17 de septiembre de 2007
por eso dejo mis tristezas recogidas cerca de la orilla.
Allí sentado permanezco,
viendo nacer y morir soles,
aparecer estrellas en noches despejadas
y lunas que pasan de la sonrisa al llanto.
Y mientras,
nace mi lágrima,
brotando lentamente en rincones de mis ojos,
y crece el fruto de mi tristeza,
hasta quedar colgada y lista para la partida.
Y vive mi lágrima,
deja rastro mojado y semillas en mis poros
mientras lentamente
comienza su partida hacia el mar.
Y allí sentado quedo, en la orilla,
con los soles y las lunas de mi vida,
viendo marchar esa lágrima que nació en mí
y terminó absorbida
por la ola que vino a buscarla.
Ya emplacé mi rastro en el mar,
y me embarga la tristeza
por ver partir sola a mi lágrima.
No quedó rastro del llanto,
tan sólo el cansancio de la pena.
Y duermo en la orilla,
esperando por si mi pobre lágrima
desea regresar.
1 comentarios amigos:
No estará sola, viajará con la mía y se fundirán en nuestro mar.
Espero que esa lágrima sea de alegría mi amado.
Biquiños cariñosos para tí.
Publicar un comentario