Mentiras y desánimo
>> sábado, 12 de septiembre de 2009
Escuchar lamentos
que suenan a baladas de enamorados,
podar el árbol del deseo
para construir púlpitos donde clamar ansiedades,
pedir tres
aunque la necesidad sea sólo de dos y medio,
por la gula de poseerte
a ti
y al resto.
Avaricia que se confundió
con la incapacidad de sentir amor,
amor éste mentiroso,
siendo una realidad de sólo vicio,
y resultando una pisoteada soledad
donde se alimenta de imágenes y sueños,
para morir sola cada noche
en la alcoba de las desilusiones.
10 comentarios amigos:
Siempre es necesario
podar el árbol del deseo
para que este vuelva a brotar
con fuerza y esplendor.
Un abrazo
es triste o conformista, no sé.
besos
No habita el cruce de dedos
en el paraje de locuras,
no hay mentiras ni enredos,
allí es dónde habitan las curas,
las manos se vuelven credos
verborreándo corduras,
¿locura?, manos sueltas de miedos
palpándo sus razonadas ataduras,
loco amor ¿quién lo cura?,sin dos
para sus horas futuras,
locura en ti están seguras.
fantástica tu manera de expresar y transmitir...
enhorabuena
jaja cari.. amar por gula? o gula de amor, eso si que es bueno... me encanta. Una gula que solo se satisfaga de pastelitos de tus sentimientos, buñuelos de tus caricias, bombones de tus besos, y tartas de tus deseos...jaja
Bezos
Y así muchas veces uno termina sintiéndose derrotado.
Un gran abrazo, Hisae.
José Roberto Coppola
Seguir probando del arbol del deseo, y olvidarse de esa terrible habitación...sería una opción a seguir.
te espero siempre
Al otro lado del deseo
mentiras cruzando la frontera del desánimo,
amor?
Vuelvo a tu casa y me encuentro en una cama redonda con tus soledades, envuelto en unos desilusionados sueños, pero reconozco que me ha gustado el ménage à trois con Morfeo.
Hoy cuando entré casi fue lunes, pero ser sábado era más normal para alguien como yo, una enciclopedia calendaría que siempre fue domingos ciertos. De paseo con mis pesadillas y leyendo los silencios.
Cuando me vaya, me empecinaré en no respirar mientras leo El Corsario de Byron y tus Pensamientos.
Amigo, brazos para abrazos llenos (de tu cuerpo)
Aquel árbol del valle perdido
se mostró firme cuando sus ramas eran acariciadas por el deseo.
Y el viento a veces cesaba, y el sol quemaba, y las ramas desnudas, se limpiaban del deseo marchito, pero no olvidado.
Pero el viento siempre volvía al amanecer y el deseo renacía, y el árbol revivía porque no podía olvidar.
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