Paredes de cristal
>> miércoles, 23 de septiembre de 2009
Paredes de cristal
donde dejas entrever tus miradas,
aquellas que horadan y me cuentan de tu sed,
del cerbero que te sigue en delirios
y de las noches que pasas en vela
amando a quien nunca te amó
y buscando lo que no te ha de llegar.
Llegan señales que se destruyen en instantes,
antes incluso de aprender a pronunciar tu nombre.
Te llamo y no estás,
vienes y ya me fui.
¿Qué fue de las orillas del río,
donde dejabas tu ropa?
¡Que fría estaba el agua
donde mojabas tus desvergüenzas!
Quise secuestrar por un lustro
los pensamientos que te hostigan,
deseé deshilacharlos para inventarte otra vida.
Pero la vehemencia de ser dios
se frustró con el primer abrazo.
Ahora te miro en silencio,
sabiendo
que no me tienes por dolor,
llorando
por la ausencia de lo soñado.
5 comentarios amigos:
Ay veces en las que te esquivan hasta los sueños...
incertidumbre...
falta de sociego...
pero como siempre excelente.
buen finde.
saludos conversos.
"la vehemencia de ser dios
se frustró con el primer abrazo".Muy guapo, besitos
Quizás a veces echamos de menos lo que hemos perdido cuando tenemos a alguien a nuestro lado, pero si dejamos de observar para tan solo mirar, el río fluye por si solo.
Bss
Mario, cada letra tuya está llena de vida, emoción, desventura y pasión, este poema dice mucho, está cargado de nostalgia, nostalgia que me emociona, definitivamente es bello. Nunca olvides que ninguna idea es muerta porque hasta las ideas muerta están en constante movimiento.
Un beso desde Chile…
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