Ilustración: Lyona
©Hisae 2014
Hay que darle un porqué
a esos proyectos que se despiertan contigo
mientras te desperezas cada mañana.
Nada tiene derecho a morir sin más,
por la ignorancia o sin una explicación,
sin darle la forma y llegar hasta el fin.
Quiero aliarme al mejor salvoconducto
para llevar a cabo
ese porqué que nació a mi lado
sin yo llamarlo,
pero mío,
mientras escuchaba un no sé qué
que no lograba identificar
y que resultó ser el sonido de la noche.
El para qué vino después del porqué
asido a su mano y como respuesta.
El escribir para qué no hubiera tenido fundamento
si hubiera muerto ese proyecto neonato,
y hoy,
orgulloso,
lo exhibo en mi bandera unicolor
con ese porqué tan cuestionado a veces
y sin la desgana de la derrota.
No vislumbres un lloro de alegría ahora, no.
Mis lágrimas son de esfuerzo,
de desprecio en ocasiones y tesón las más,
para lograr izar,
con toda mi fuerza
la tela de la victoria en ese asta
que permanecía limpia hasta entonces.
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2 comentarios amigos:
Tienes flow.
Lee más poesia en libros.
"El sonido de la noche", me gusta.
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