La ola de frío polar

>> lunes, 22 de junio de 2020

"Western Motel” (1957), Edward Hopper

Sentada en el borde de una cama sin deshacer, miraba ausente el paisaje marítimo a través del gran ventanal. Hacía horas que había amanecido, el día era soleado y la luz entraba perpendicular cayendo de lleno sobre el pequeño sofá, donde una toalla granate mal colocada colgaba del respaldo. El silencio era intenso, tanto que le dolía. Las maletas seguían al pie de la cama sin ser abiertas. Quizás hacer ese viaje no había sido la mejor decisión en esos momentos aunque el cuerpo y la cabeza le pidieran aventura.
El teléfono sonó. Su cuerpo comenzó a temblar.

- Hola, qué tal llegaste?
- Bien.
- Siento no haber podido ir a recibirte. Tuve un pequeño problema de última hora.
- Lo comprendo.
- Por cierto, espero que te hayas traído ropa de abrigo pues anuncian una ola polar.
- Ajá.
- He de dejarte ahora, espero poder verte pronto.

Nunca se vieron. Sí fue cierto que nunca hizo tanto frío en esa ciudad, y ella tuvo necesidad de comprar vestuario para la semana que allí pasó. Al segundo día decidió salir del hotel y no esperarle. Se dedicaría a hacer turismo.
Años después recibió una carta de él, interesándose por sus cosas pero sin pedir disculpas por aquella ausencia tras haber realizado ella un viaje de nueve mil kilómetros para verle. Ya para entonces, ella había rehecho su vida. Rasgó la carta y jamás volvió a pensar en él.

©Mario M. Relaño


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