Me mataste de una sola puñalada.
No hizo falta más. Me ahogué en mi propia sangre.
Si vuelves,
pídeme fuego para fumarte tu desvergüenza.
Yo, inhalaré el humo de tus mentiras.
Mientras,
aprenderé a mirar nuevamente al sol.
Así sabré cuando anochece.
Se detiene esta mirada
contemplando tus palabras
sintiendo tu vida.
Tu vida
en mil palabras.
En mis sentidos, en mis afectos,
en lo que soy
y he sido
en tus sentimientos,
no sólo en mis pensamientos.
El rumor
de tu sombra
proclama tu esencia viva,
mi piel congela todos nuestros segundos
y mi alma los eterniza…
tatuados pensamientos.
Sonrío y lloro,
lucero caminante
en senderos de sueños
con trazos de tu vida
ocultos pensamientos.
Tu voz
vuela en la distancia y
consumo tu inigualable diferencia
-saboreo tu desnuda esencia-
se ilumina mi sombra
a la luz del faro
de tu isla.
Eclipsa mis reflejos
en el mar de tus ansias,
atada con lazos
dulces de vida,
van mis rasgos
en tus
pensamientos.
A mi amigo Mario (Francisco Vázquez)
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18 comentarios amigos:
Mi buen y querido amigo Mario...vuelvo, siempre vuelvo.
Más no te pediré fuego...si no esa amistad que perdurará en mi corazón para siempre....
Bueno sí..te pediré ese café que aún queda pendiente....
Un beso enorme...o dos...
Josep Mª...(no me acuerdo de mi contraseñaaaaaaa...no puede ser!!!!..uufffff...)
No olvides expulsar el humo y que éste deriva en un sinfín de efectos secundarios nocivos. Necesitas profilaxis.
Siempre vuelven, querido Mario. En presencia o en fantasmas, pero siempre están ahí. Si queremos, claro.
De todo se aprende...así duela.
saludos conversos.
Siempre estamos esperando algo.
José Roberto Coppola
ya veo, Mario, ya veo porqué escribes tanta y tan buena poesía!
cuando te falte, te tendrás a tí, al poeta...es lo bueno de sufrir por todo!
Siempre llegará el alba
aunque la eterna noche
se nos apodere del alma.
Un fuerte abrazo
Deten tu voluntad un instante y sientate a contemplar los días acumulados con sus motas de polvo encima.
Las sonrisas, la ingratitud, los abrazos, las lágrimas, la soledad cada vez más buscada por culpa de los segundos derrochados.
Observa el tiempo de los relojes y pierdete entre esferas, minuteros, silencios y alarmas.
¿Señales de caducidad? ¿Avisos del presente?
Son tuyos los relojes parados, los que no tienen agujas ni cristal, los antiguos y los perdidos.
Y es tuya también la muñeca huesuda sin reloj.
Y la campana del Ayuntamiento marcando las en punto a y cinco, y el despertador agudo y estridente de la mesita de noche a las siete de la mañana de un lunes.
Soy su sonido y sus poleas y avanzo con su ritmo en una sola dirección.
¿Porqué?
Muchos abrazos
Franc.
El amanecer volvió, sólo para él
Se asomó sin saberlo a su oda de despedida.
Le vi desde mi rincón
Le acaricié la sonrisa dormida
Le guardé su mirada perdida
Y entre mis manos un beso guardado para su próximo amanecer.
CAri, estás bien? Esto es una poesía o hay algo más? Nuse, te veo muy pesimista y en mi blog en dos días, has dicho lo mismo... Me tienes un poco preocupado. No me llamas, no me escribes, jaaja y me dejas esos comentarios.
Bueno, cari, si necesitas algo...
Bezos
Hola, MARIO. BReve, concentrado e intensisimo, y como todos los tuyos, hermoso. Muchas gracias por compartirlo con nosotros. TE QUIERO
DIOS te bendiga
ANTONIO
El sol siempre sale,incluso en las noches mas oscuras,el sol siempre vuelve.
Besos
Sublime, siempre una muerte necesaria para un nacer nuevo y un desaprender para aprenderlas las cosas nuevamente.
Mario, poeta canario, el que mismo que alumbro lo azul que en verde se relata, es un placer, casi una experiencia religiosa el leerte, desde el alma farolera en mudanzas un fuerte abrazo.
La muerte sufrida por un puñal tan largo y afilado, es tan rapida que su herida queda grabada en el alma...
Los muertos no fuman
¿o si?
si estás muerto
el tabaco ya no te puede matar
jajaja
ando por aquí
pasándolo bien contigo,
un abrazo
difícil mirar al sol sin quemarse... claro que al anochecer es más suave y se presta a contemplaciones evocadoras, un buen momento para fumar la desvergüenza.
Saludos
me mataste con este poema...
me gustó. me hizo dudar de si hay sol o es de noche. en quien creeré entonces?
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