Flashes 3: Las zapatillas rojas

>> domingo, 15 de febrero de 2009

Se incorporó sobresaltado de la cama. Quizás se había quedado traspuesto, porque la luz continuaba encendida y el libro estaba abierto sobre su pecho.

Miró hacia el suelo, y vio sus zapatillas colocadas, perfectamente alineadas a los pies de la cama.

Volvió su mirada al frente y nuevamente sus ojos buscaron el suelo.

No entendía nada. Estaban sus dos zapatillas. Su par de zapatillas, rojas y grandes, colocadas una al lado de la otra. Un par. Dos.

Su mano volvió a encontrar el hueco que antaño ocupó su pierna.



15 comentarios amigos:

Anna 15 de febrero de 2009, 20:54  

Vaya que profundo estás cielo.

Menido flash, ahí lo mdejas y hala el lector a pensar y reflexionar.

No digo más, que soy la primera, y espero leer más comentarios.

(Intuyo que en tu vida, en tu trabajo, te ves en determinadas situaciones, que te inspiran a escribir muchas cosas.)

Te quiero feo.

Markesa Merteuil 16 de febrero de 2009, 10:29  

Las zapatillas cual espejismo...

Terapia de piso 16 de febrero de 2009, 11:27  

Porque los zapatos se convirtieron para él en el recuerdo de sus anteriores pasos... los que ya no puede dar.

José Roberto Coppola

Francisco 16 de febrero de 2009, 14:00  

Nuestra mente nos engaña continuamente. Esto que has escrito tan estupendamente solo da fe de ello. Conozco personas a las que se les amputó una pierna hace años y siguen teniendo dolores.
Abrazos Mario
Franc

Anónimo 16 de febrero de 2009, 21:03  

¡Qué flash!

Muy bueno.

© José A. Socorro-Noray 16 de febrero de 2009, 21:53  

Excelente flash.

Hoy, a mí también
me duele África.

Un abrazo

Thiago 17 de febrero de 2009, 12:41  

joer, cari... que burro! Dicen que los cojos no pierden nunca la noción y sienente la pierna que les falta como si la tuvieran allí.

De todas maneas si solo tienes una pierna, tienes que comprar al igual el par completo de allstars, pq no los venden sueltos, salvo que encuentres otro cojo del otro pie para compartirlo, jajaaj

bezos.

Thiago 17 de febrero de 2009, 12:42  

.... Y yo ya sabía que tu estabas bien, cari. Pq te recuerdo que me lo dijiste, jaja

Mas bzos.

Un cura 17 de febrero de 2009, 14:03  

Fantástico flash... me ha encantado. Felicidades una vez más.

David Samayoa 17 de febrero de 2009, 17:20  

Me parecio estar en el "entre dormido y el entre despierto"...

Haldar 18 de febrero de 2009, 4:21  

Vaya, que duro no recordar que te falta una pierna! Es como no recordar que te falta el corazon o el alma.

Besos

Juan Cairós 18 de febrero de 2009, 19:39  

Retomo tu obra, paisano, poeta!

Las zapatillas están, pero seguro que caminó descalzo por el sueño, de eso de trata, de estar cuando se requiere y desaparecer cuando se "quiere"...

¡Un par de besos, amigo!

Condevolney 21 de febrero de 2009, 19:00  

Tú mente consciente y atenta, gangrenada como la mía por las putas minas anti-piernas, un nuevo flash eterno que no me deja indiferente y como no puedes ver ni sentir mi piel de gallina que duele al roce del harapo que me envuelve, se que sientes como yo y vomitas la misma mierda cada día, menos mal que nos queda la poesía.

780 millones de besos de mi alma farolera.

Condevolney 21 de febrero de 2009, 19:08  

Se me olvidaba,un nuevo espacio está naciendo, donde vomitar a gusto las miserias de mi alma, ya sin luz, ni farol que me guie, maldito el día que firme el pacto con Mefistófeles, pero un pacto es un acto de locura y hay que cumplirlo: http://condevolneyclub.blogspot.com

Anónimo 18 de marzo de 2009, 22:06  

Es genial, como un puñetazo. Contundente y sensible, exacto diría yo.
Muy bueno Mariete.

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