Seguro que amanece

>> martes, 26 de febrero de 2008


Amanece...
Sí, amanece y sigo absorto delante de un papel en blanco que empapela toda una vida. Y a pesar que amanece, no soy consciente de los colores que el sol ha pintado en el cielo.

Amanece...
Sí, amanece y te pienso y no lloro. Las lágrimas no me hubieran dejado pensarte. Me siento niño, me siento estúpido por no tener tan sólo dos palabras que decirte.

Amanece...
Sí, amanece y te veo en la distancia entre llantos y gente que no deseas ver, pues lo que tú quieres no puede estar a tu lado. Te percibo tan triste que no soy capaz de consolarte. Sólo tengo mi mar que ofrecerte para que dejes tus lágrimas.

Amanece...
Sí, amanece por fin con azules, naranjas, rosas y amarillos. El mar brilla al recoger tus lágrimas. Ahora ellas están junto a las lágrimas que todos hemos llorado. De nuestra pena se alimenta el mar.

Perdóname por no saber decirte. Perdóname por no saber hablarte. Perdóname por la distancia del abrazo.
Tan sólo recuerda, que mañana volverá a amanecer. Y el día, romperá con nuevos colores...

A Cristina

8 comentarios amigos:

Unknown 26 de febrero de 2008, 22:12  

Los ultimos tres versos me han dejado helado... ¿Por que? No lo se... Es como que el texto viene con cierto ritmo y salis con esas palabras con las cuales me siento tan identificado...

Muy bueno!

Saludos

Miguel Molina 26 de febrero de 2008, 23:23  

Me gustó eso que dices de que "de nuestra pena se alimenta el mar", recogiendo todas nuestras lágrimas.

Enhorabuena una vez más por tus palabras

Nos vemos

Anónimo 26 de febrero de 2008, 23:45  

Amanece, y el color sangra en heridas que rompen a la noche y sus muertos, el día trae la esperanza,y mientras duren los mañanas miraremos los ayeres, para vivir cada hoy.

Me encantó amigo.

Mariano de Toledo 27 de febrero de 2008, 6:48  

Querido Mario, cada amanecer borra las historias de un día vivido.

Mil besos…

Miguelo 27 de febrero de 2008, 22:33  

pues claro que amanece y cada dia con una luz nueva.

Markesa Merteuil 28 de febrero de 2008, 11:07  

El mar amanece tras despedir a la noche, y la luz que lo ilumina todo deslumbra las complicidades forjadas de oscuridad. Pero amanece poco a poco, para que nos habituemos a los nuevo matices. Y será entonces cuando estés ahí.

LaPeceraDePoe 1 de marzo de 2008, 1:38  

Me sumo a esta nueva luz que aparece cada vez que amanece, siempre, por suerte amanece.
Como siempre escribes muy bien, ¿desde el corazón y las vivencias quizás?

Anna 1 de marzo de 2008, 21:14  

He sentido esa emoción que se refleja en la piel cuando algo que lees te llega.

Tienes una sensibilidad muy dulce.

Y se agradece leer estas cosas y sentir cuando menos lo esperas.

Realmente precioso.

Un saludo.

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