Escamas

>> miércoles, 1 de septiembre de 2010

Hoy me di cuenta que me estaban saliendo escamas en las manos. No creí que fuera por tocarte; de hecho, nunca te llegué a rozar.


Me mirabas con la misma incredulidad como la que produce el encontrarme nadando en un barreño rojo, y yo no entendía a que se debía esa mirada tuya clavada en las tijeras que tenía en la mano. Esos ojos tuyos, que tan comentados eran por su belleza…


Te observaba con la incertidumbre que yo creía estar produciendo en ti, no sabiendo si tirarme a tu cuello y besarlo o más bien clavarte las tijeras en la yugular.

Ya sé. Pensabas que estaba loco, repitiéndote constantemente palabras de amor, mientras por otro lado te amenazaba con unas tijeras.

Y no era cierto. Nunca te amenacé.


Ni tan siquiera me salían escamas.


No volví a hacerte caso y seguí limpiando pescado.



4 comentarios amigos:

Beetoloco 1 de septiembre de 2010, 16:03  

Desde el agua tu imagen me llegaba distorsionada por las suaves oscilaciones que en el agua provocaban mis vacilantes coletazos de un lado a otro. Estaba nervioso, excitado por ese brillo afilado que empuñabas en tus manos, esas manos que dulcemente me habían depositado en este barreño rojo acariciándome como nunca nadie antes lo había hecho, intrigado por esa musicalidad que de tus labios brotaba mientras me mirabas. Te observaba con la incertidumbre de no saber cuando, por fin, volvería a sentir tu tacto sobre mi...

© José A. Socorro-Noray 1 de septiembre de 2010, 19:17  

Quien repite palabras de amor constantemente no podrá estar jamás loco.


UN fuerte abrazo

Condevolney 7 de septiembre de 2010, 17:19  

Que grande eres, romántico y absorto en el amor, quizás sea un síntoma más de vivir en el mar creyendo que es una isla.
BRAZOS apretaos

Anónimo 15 de septiembre de 2010, 15:07  

Me encanta cuando te pones así de surrealista, me desconciertas.
Me gusta esta línea tuya.
Besicos.
D.

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