La rana y la sopa

>> viernes, 23 de noviembre de 2007



No entendía, que hacía una rana saltando en mi sopa… Si más que saltar, parecía que la rana bailaba… ¿Y por qué bailaba la estúpida de la rana si la música no sonaba?
Y aún miraba yo absorto ese plato de sopa… Estoy seguro que ese plato de sopa no era mío; yo no estaba cenando, sólo intentaba dormir. Pero no me dejaba el zapateo de esa rana marrana.
Ese plato de sopa estoy seguro que era de Mafalda. Y ella escapó de la mesa una vez más para no tomarla…
Entonces ¿por qué me preocupaba a mí que hubiera una rana saltando en el plato de sopa? Ya se las vería con Mafalda, pues. ¿Acaso ese zapateo de la rana me desvelaba?

Me niego. Me niego a que la rana siga saltando, sea de quien sea el plato de sopa. ¿Acaso era normal que las ranas chapotearan en sopa? ¿Qué está pasando? ¡Esto no puede ser cierto!
O se marcha la rana o me marcho yo. Esto no es serio. Necesito dormir…


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3 comentarios amigos:

Christian 24 de noviembre de 2007, 16:15  

Todos tenemos alguna inquietud o rana saltando en nuestra sopa. Sí, eso que desestabiliza, que perturba y contamina (pero no pensado sólo como ensuciar, sino también como mixturar)

Chris

Haykus-el hombre solo 25 de noviembre de 2007, 20:31  

Me encantó la rana y la sopa, realmente divertido, fantástico, una mirada viva sobre la realidad. Me permito, tras el derecho que me das, el tomarlo para que forme parte de nuestras narraciones en la radio de este martes, espero que te agrade como lo saquemos y que puedas escucharlo. Recuerda, martes a las once hora peninsular, en directo. Besos.

Currito 27 de noviembre de 2007, 16:05  

¡Habrase visto, insolente rana! La sopa me gusta, sólo si es de estrellas o de letras. Así de caprichoso es el Principito, jiji. Besos.

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