Celda. Vida. Muerte

>> jueves, 20 de noviembre de 2008



Celda.


En cárceles con barrotes ennegrecidos y muros verdosos cargados de humedad, el cuerpo moribundo se afana en lavar las llagas que fue acumulando a lo largo de historias en vidas que creyó pasadas, pero que noche tras noche se agolpan en su dolor. Acompañadas del delgado rayo de luz que filtra la luna a través de su minúscula ventana, enloquece acostado en su camastro cuando intenta dormitar.

Son los dientes finos y alargados de las ratas, quienes mordisquean sus soledades. Y sus lamentos silenciosos hacen presagiar el final que él tanto ansía.


Vida.


No tuvo vida de galán en la malograda libertad de la que gozó. Mas a veces le consta que reía. Amores tuvo dos, dinero el justo.


Celda.


Sintió que el aire no era suficiente para él y para la luna, que dormitaba junto a su almohada. Le rogó que se marchara. Llorar, ya no lloraba. Tenía secos sus ojos cuando intentó volver a lagrimear.


Celda y Muerte.


Hoy yace un cuerpo muerto y abandonado en el fondo oscuro de esa celda que nadie recordó volver a abrir. Se confunden desde entonces lastimeros lamentos de presos hediondos con el llanto de la luna cuando luce plena.



22 comentarios amigos:

Angel 20 de noviembre de 2008, 19:24  

Me gusta también leerte en prosa.
Aunque esta prosa es -quizás!- también un poco triste, mi Mariete!
Hay que Buscar la Vida. Nunca la Celda ni la Muerte.
Sí! Ya sé que la Vida muchas veces se transforma en Celda, y luego deviene en la muerte.
Pero me gustan más tus mensajes de esperanza.
¿Me vas a sonreir también mañana?
Besos, Mario!

Juan Cairós 20 de noviembre de 2008, 20:01  

Uhmmmmm, narrativa poética, prosa en verso, verso en prosa...Da igual, es hermosísimo querido amigo, una maravilla!!!

"Sintió que el aire no era suficiente para él y para la luna, que dormitaba junto a su almohada. Le rogó que se marchara. Llorar, ya no lloraba. Tenía secos sus ojos cuando intentó volver a lagrimear"

Me dejas sudando haces de luna, por los poros no tengo otra cosa que tus pensamientos...

Eres increíble!

Stultifer 20 de noviembre de 2008, 20:08  

¿Hablas del conde de Montecristo o de un criminal que se pudre entre barrotes? El concepto de poesía cambia según sea el personaje protagonista.

© José A. Socorro-Noray 20 de noviembre de 2008, 21:32  

Tienes el don, y el oficio, de ser bueno en verso y en prosa.

Quizás la vida
solamente sea celda
de toda muerte

Un abrazo

Omar Magrini 21 de noviembre de 2008, 10:49  

MArio: que buena prosa, quizá con un tinte otoñal, un tanto triste...¿no?. Te cuento qe cuando vivia en mi querida ciudad de Santa Fe (500 km de bs.as) fuimos durante 1 año con una compañera a dar clases de teatro a la carcel de Coronda. (a 50 km de santa fe) una experiencia maravillosa. Si hasta mi madre fue y estaba en primera fila cuando hicimos un montaje teatral, cuyos espectaodores, ademas de las personas invitadas, autoridades y de la escuela, era toda la poblacion carcelaria.
Un afectuoso saludo
Omar

Alfonso Saborido 21 de noviembre de 2008, 13:02  

Mi colegio estaba tapia con tapia con la cárcel. Veía a los presos en su ventana viendo nuestra libertad de niños.
La cárcel, aunque luego he visto otras peores. Las cárceles del alma.

Cemanaca 21 de noviembre de 2008, 14:22  

Eres genial! me atrapas con tus escritos.
Intensidaad gotean de tus letras.

Saludos conversos.

David Samayoa 21 de noviembre de 2008, 15:30  

Me recordo a la inmortal cancion de Heroes del Silencio: Heroe de leyenda...

Saludos...

el piano huérfano 21 de noviembre de 2008, 19:02  

que bien escribes niño
que verdad y que profundidad y tanta soledad representa esa celda

un beso

ANTONIO SEBASTIÁN 21 de noviembre de 2008, 21:53  

Yo, que siempre he estado solo, yo que sigo solo. Yo que no me siento solo. Yo he leido detenidamente tu relato. Y a mi me ha gustado. ¿Sabes lo que me pasa MARIO?. Es que suelo sentirme solo cuando tengo a mi alrededor a más de dos personas. Sin embargo si estoy solo no me siento solo. Tal vez por eso no me gustan las aglomeraciones de gente. La sensación de soledad es desoladora. Muchos besos, MARIO, y muchas gracias, y como siempre te quiero.

Markesa Merteuil 22 de noviembre de 2008, 1:34  

Rara vez en una reflexión pensamos en que el dinero fue el justo. Siempre queremos más. De ahí la infelicidad. Amores dos, pero en este caso insuficientes, porque a fin de cuentas ya no puede vivirlos. En la celda, la muerte se convierte en novia y la luna luce plena. ¿Será de miel?

Jaime Noguera 22 de noviembre de 2008, 6:48  

Se me acaba de romper el mojón seco con el que me estaba cortando las muñecas.

¡Voy a tener que cagar otro y esperar a que se seque!

¡MALDITA CELDA!

TORO SALVAJE 22 de noviembre de 2008, 10:01  

Entonces la muerte es libertad.

Saludos.

Ruth 22 de noviembre de 2008, 14:40  

Las celdas de las cárceles contienen a reclusos que cumplen condenas por diferentes delitos cometidos, pero no es a veces este nuestro mundo una celda, no porque el lo crea o lo quiera así, si no porque muchos de nosotros lo hacemos así. Contradicciones de la vida, hacemos lo que no debemos y lo que demos hacer no lo hacemos...
Un abrazote

Anónimo 22 de noviembre de 2008, 20:58  

Hola Mario, siempre sorprendente lo que escribes. Aunuqe un poco alejado, sigo aquí, el trabajo tu sabes.

Anna 23 de noviembre de 2008, 1:35  

Me dejas muda Mario.

Cada concepto hasta el límite de la desesperación.

Se sobrepone la celda y la muerte y la vida queda entre las dos como algo éfimero y poco destacable.

¿Triste? Sí, y real también, hay en este universo millones de almas atrapadas en sus propios cuerpos.

Estupenda prosa.

Bss dulce Mario.

Hisae 23 de noviembre de 2008, 12:53  

Mi querido/a anónimo/a.

Si realmente eres seguid@r de este blog, habrás podido comprobar, que en él hay libertad de expresión. Todos los lectores ponen lo que ell@s piensan y en ningún momento son contestados por mí, pues cada uno se siente libre de expresarse, aunque yo no me pueda sentir identificado con sus palabras. Por ese motivo, jamás se elimina ningún comentario.
Pero en este caso, me veo forzado a eliminar el tuyo porque me parece insultante.
Primero, me parece insultante hacia una persona que quiero y considero amiga.
Segundo, tu comentario no viene a cuento.
Tercero, si realmente querías denigrar a una persona, no entiendo porque eliges mi espacio para hacerlo. Aunque puedo entender que tú sabes que somos amigos y tus palabras me podrían doler a mí más que a él (es más, a él no le han dolido).
Cuarto, me parece muy poco respetuoso por tu parte, lanzar esas palabras y no firmar.

En este blog, existe una dirección de correo electrónico, para uso de los lectores o amigos que quieran expresar sus opiniones de manera anónima.

Entiende entonces, querido/a anónimo/a que haya suprimido tu comentario.

Haldar 23 de noviembre de 2008, 14:07  

Hay celdas que construimos nosotros mismos. Nos metemos dentro y botamos la llave para no volver a salir jamas....

Besos

Anónimo 24 de noviembre de 2008, 18:24  

¿Ves como llevaba razón? De lo mejor.Un besazo Piti

Anónimo 24 de noviembre de 2008, 18:26  

Voy de anónimo porque no me acepta mi dirección, no sé porqué.Piti

Anónimo 25 de noviembre de 2008, 23:02  

¿Verso,prosa? que más da,mientras que lo que espresas sea lo que sientes.

Anónimo 2 de diciembre de 2008, 20:04  

ANONIM@: HOLA! HOLA! HACE ALGUNAS NOCHES, QUIZA AYERES..Q LEO ESTE LUGAR..Y HOY, ESCRIBO POR COMPARTIR QUIZA Q HOY ME SIENTA ASI UNA MARIPOSA EN UNA JAULA LLENA DE LUZ, PERO AL FIN ALCABO JAULA O CELDA......
DE TODOS MODOS FELICIDADES...
ESCRIBES MUCHO Y TODO CON CONTENIDO..

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