Apolo mató a Casandra

>> domingo, 13 de enero de 2008


Me mataste
suavemente y con dulzor,
me mataste
al besar mi boca ansiosa,
al sentir robar mi aliento,
me mataste,
al escupir veneno dentro,
me mataste.

Al despegar tus labios de mi boca
te miré,
supe ya entonces que moría,
mas no dejé de congratularme
al saber que mi final sería
consecuencia de tus labios idolatrados,
y no la guadaña
que de cualquiera me matase.

Y es ahora como sufro en el final
por el dolor y la alegría,
por la pasión que sentí
y la muerte,
por el cercano adiós
del sabor que conservo tuyo,
de la herida que me sangra
y me inunda el corazón.

Así besó Apolo a Casandra,
también fue ella envenenada,
y hoy soy yo el que muere,
con placer,
y ni soy el apuesto Apolo
ni Casandra la desgraciada.

9 comentarios amigos:

Markesa Merteuil 13 de enero de 2008, 20:56  

Eterno placer, que te eleva a la muerte en un beso. Un beso como último lecho y morada; un beso que te precipita al fin.

Unknown 14 de enero de 2008, 1:53  

Tiene una fortaleza impecable la forma en que escribis... Haces sentir lo que escribis en el cuerpo y en el alma de quien lo lee.
Muy bueno!

Saludos, Jorge

El Vizconde Valmont 14 de enero de 2008, 8:32  

Esos besos, querido amigo, le han dejado huella, ¿qué mejor que recordarlos?

Druid 14 de enero de 2008, 18:54  

Un beso y una caricia...
una mirada que se marca a fuego...
otro beso...
y estás perdido.....

PARANOICO ILUSIONISTA 14 de enero de 2008, 23:17  

que el dia en que la muerte llame a la puerta de mi vida me lleve de su mano acunado en unos labios de vertigo...muerte dulce.
Bello, bello, un saludo

Mariano de Toledo 15 de enero de 2008, 0:40  

Querido Mario, que dulce es sentir un beso de amor por muy letal que este sea. Los que yo recibí durante un tiempo, marcaron mi alma, y mi piel fue tatuada con sus manos. Hoy por hoy solo me quedo con su dulce recuerdo, ese recuerdo hermoso que me mostró el haber sentido amor, aun por muy fugaz que este aya sido.

Mil besos, + y +…

Currito 15 de enero de 2008, 15:35  

Ese el poder de un beso, jejeje. Besos (sin veneno) para ti. Muak.

elmismocaminorojo 15 de enero de 2008, 15:45  

Se mezclan la pasión y la muerte, siempre he pensado que el besar es un acto de muerte, juntar los labios, aspirar el uno del otro la vida, las ansias de amor, de pasión, de deseo...parece tan razonal, tan natural dejarse morir después de besar así, el beso en sí mismo es un fin, ya que después de eso, no hay nada más, estes vivo o muerto. A mí me parece de lo más hermoso amar así, morir así.
Es precioso, escribes de una manera de la cual aspiro a escribir yo al fin, al final, al terminar, al besar, al morir...
un beso!!

Joseph Seewool 22 de enero de 2008, 0:09  

Juraría que había dejado hace días un comentario en este poema que me encantó. O el güindos o mi memoria han fallado. El caso es que esa fusión entre el amor y la muerte, eros y tánatos, me fascina

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