Ceguera

>> jueves, 31 de enero de 2008


Contigo llegué a descubrir,
como las palabras matan.
Esas palabras eran demasiado peligrosas,
y más en un hombre confiado
que las amaba por encima de todo.

Momento de solaz
aún hoy con tu encuentro,
cegado por la mentira convertida en realidad,
mi mentira,
aunque para mí, en la lejanía,
siga el suave rasgueo de una guitarra.

Tengo el corazón desde entonces mutilado;
aún hoy, me perturbas.

10 comentarios amigos:

Javier Herce 31 de enero de 2008, 10:15  

Guau, me encanta tu blog y tu poesía. Muchas gracias por pasarte por el mío. Me lo guardo en favoritos!!!!

Joseph Seewool 31 de enero de 2008, 12:37  

Las palabras pueden matar, pero también pueden curar.
La belleza puede herir el corazón hasta causar la muerte.
¿Si el arte no sana no es verdadero?

LaPeceraDePoe 31 de enero de 2008, 13:39  

Pues si las palabras pueden ser puñales que se clavan en el alma, más si van acompañadas de realidad.
Al final siempre siempre hallas otras que te sirven de trampolín para poder saltar desde la profundidad del pozo, lo mejor cuando sales y miras a tu alrededor, puedes ver las miradas de aquellos que rezaban plegarias por tí.

Anónimo 31 de enero de 2008, 20:37  

Si que es ceguera.
Genial como de costumbre, descriptivo como una fotografía y profundo como un sentimiento.

saludicos.

Francisco 31 de enero de 2008, 21:53  

preciosas palabras aunque encierren mucho dolor.
Un abrazo Mario
FRanc.

Unknown 1 de febrero de 2008, 2:11  

A veces tendemos a auto engañarnos con mentiras..... pero es mejor seguir adelante...

Mariano de Toledo 1 de febrero de 2008, 16:24  

Querido Mario, estuve lejos, aun lo estoy, siempre te recuerdo, te siento cerca, al igual que tu, sus acordes y rasgueo de guitarras zumban mi cabeza.

Que difícil es luchar contra el ego desmedido de algunos, mejor dicho imposible.

Ame, y lo hice con locura, fui desmembrado, pero sigo, mi estirpe es de guerrero, de príncipe que no se permite abatir por nada ni nadie, siempre he jugado a ganador.

Eres de mi estirpe, un ganador, un verdadero guerreo, empuña tu sable y parte por la mitad aquel que te daña, solo tú puedes hacerlo, es tu tarea, tu misión, tu deber.

Te envío un gran beso…


Mariano…

PARANOICO ILUSIONISTA 2 de febrero de 2008, 11:43  

Palabras que matan porque el amor es ciego...y yo, al menos de momento, no quiero volver a ver...
Un abrazo, brillante de verdad

Markesa Merteuil 2 de febrero de 2008, 20:56  

La adicción a las palabras es un mal común. Tal vez con voz, muecas, gestos... pierdan parte de su magia, o la cobren sublime.

Currito 4 de febrero de 2008, 15:47  

Tus poemas son como la música de Tom Waits. Desnudos, desgarrados, inspiradores. Sigue así (en cuanto a escribir, no en cuanto a estado anímico, jeje). Besos.

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