Aprender contigo
>> domingo, 15 de abril de 2012
Contigo aprendí a perder el tiempo,
hacer de mis besos tus versos,
a saber que nada es eterno
si no instantes,
a parar el reloj en esos instantes
y alargarlos con los sueños.
Contigo aprendí que nada he de pedirte,
no tengo derecho.
Tan sólo ruego
que cuando me veas
hagamos el amor
y que me despidas hasta mañana
fingiendo volver a vernos.
Contigo aprendí otra felicidad,
y que ésta
permanecerá en la cumbre de todas las felicidades.
Saber que la noche
será cómplice de algún encuentro
y más tarde mis lágrimas serán sólo mías.
1 comentarios amigos:
La felicidad, la propia vida, no es más que una sucesión de instantes. Nosotros también somos un simple instante en el devenir del tiempo. ¡Aprendamos a disfrutar cada uno de los instantes!
Un fuerte abrazo.
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