Pecados

>> martes, 17 de abril de 2012


Pecados,

que sólo podrán ser perdonados

por los gusanos que moren en mi tumba.

Pecados

¿quién decide que es maldad?

Me niego a reprimir mi éxtasis

por los que deciden definir nuestras conductas.

¡Que me condenen pues

por copular y blasfemar,

por la pereza dominical,

por embolsarme la limosna y gastarla en alcohol!

Dame penitencia de ayuno

y comeré más que nunca.

Y al mismo tiempo

que doy patadas a tu diccionario,

quemaré sus páginas como si de la Inquisición se tratara.

Seré mi propia herejía,

fornicaré los domingos y fiestas de guardar

con diferentes cuerpos cada noche

aunque me condenen a muerte.

Pecados,

que nunca serán perdonados

si no te atreviste a disfrutar.



3 comentarios amigos:

Anónimo 17 de abril de 2012, 19:46  

¡PRECIOSO!

La vida solo se vive aquí, en este INSTANTE DE ETERNIDAD.

Alfonso Saborido 17 de abril de 2012, 22:43  

Los pecadores nunca estamos solos.

© José A. Socorro-Noray 18 de abril de 2012, 8:53  

Totalmente de acuerdo con lo que dices en este poema. Sólo falta decir...

AMÉN


Un abrazo.

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