Pecados
>> martes, 17 de abril de 2012
Pecados,
que sólo podrán ser perdonados
por los gusanos que moren en mi tumba.
Pecados
¿quién decide que es maldad?
Me niego a reprimir mi éxtasis
por los que deciden definir nuestras conductas.
¡Que me condenen pues
por copular y blasfemar,
por la pereza dominical,
por embolsarme la limosna y gastarla en alcohol!
Dame penitencia de ayuno
y comeré más que nunca.
Y al mismo tiempo
que doy patadas a tu diccionario,
quemaré sus páginas como si de la Inquisición se tratara.
Seré mi propia herejía,
fornicaré los domingos y fiestas de guardar
con diferentes cuerpos cada noche
aunque me condenen a muerte.
Pecados,
que nunca serán perdonados
si no te atreviste a disfrutar.
3 comentarios amigos:
¡PRECIOSO!
La vida solo se vive aquí, en este INSTANTE DE ETERNIDAD.
Los pecadores nunca estamos solos.
Totalmente de acuerdo con lo que dices en este poema. Sólo falta decir...
AMÉN
Un abrazo.
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